¿TU JEFE Y TÚ OS ODIAIS?

Muchas veces los enfrentamientos con nuestro jefe acaban resultando tan catastróficos que acabamos dejando el empleo o, lo que es peor, nos despiden.

Una de las relaciones más complicadas que podemos afrontar en nuestro día a día es la que nos une a nuestro superior en el trabajo.

Aprender a gestionar la relación que mantenemos con nuestro jefe es fundamental para conseguir una estabilidad laboral y emocional, que nos ayudará a sobrellevar mucho mejor las duras jornadas laborales. Además, también nos evitará cerrarnos puertas cara a un posible ascenso.

Los responsables de recursos humanos de las grandes empresas recomiendan algunas actitudes básicas para evitar que la relación con nuestro jefe se deteriore hasta llegar al odio mutuo, algo que no es tan difícil como puede parecer.

Para empezar, es importante observar bien el modo de trabajar preferido de nuestro jefe y seguirlo. Conocer lo que nuestro superior directo espera de nosotros, aunque no sea exactamente la tarea que creemos que debemos hacer, nos ayudará a evitar muchos enfrentamientos estériles.

Asimismo, un buen jefe agradece que sus empleados le aporten soluciones y no problemas. Quejarnos ante un proyecto o una tarea que no funciona no nos servirá de nada, mientras que aportar soluciones siempre ayudará a nuestro reconocimiento. Y, por supuesto, también debemos aprender el mejor momento para presentarlas: agobiar a nuestro jefe en el momento menos oportuno solo hará que se cierre en banda a nuestras propuestas.

Esta actitud colaborativa en relación a nuestro superior no debe implicar intentar sobresalir más que él, ya que lo único que conseguiremos es que se ponga a la defensiva ante nosotros, que podemos acabar pareciéndole una amenaza para su futuro profesional…la discreción tiene que ser una arma que juegue a nuestro favor.

Finalmente, también debemos tener especial cuidado en desubicar a nuestro jefe. Tan poco le gustará que no entreguemos un informe a su hora como que acudamos a una reunión con otras personas antes de que él sepa todos los detalles. Establecer una rutina de información puede resultar clave para hacer que la relación entre ambos resulte mucho más fluida.