Este es el primero de muchos rasgos que indican que la tecnología está afectando tu vida de pareja, según un artículo dedicado al tema, publicado en la revista electrónica Brando), que especifica que, a criterio de los especialistas, el dinero, los hijos y la tecnología son los principales motivos de discusión de las parejas modernas.
Sin embargo, la tecnología no afecta a la pareja de manera automática, sino que depende de circunstancias humanas. “Según cómo se comunique la pareja y la situación afectiva en la que se encuentre, la tecnología puede ser un factor que contribuya o que obstaculice la comunicación”, afirman investigadores del Instituto de Neurociencias Aplicadas a la Clínica, de Ciudad de México. Esto implica que los medios tecnológicos no son buenos o malos de por sí, sino que es el uso lo que determina sus utilidad, o no, en la vida de las personas.
Por ejemplo, algunos profesionales aseguran que las tecnologías de información contribuyen a una mayor comunicación en menos tiempo. Además, también es cierto que el uso de ciertas tecnologías sociales facilita a personas introvertidas la labor de contactarse con otras. Los especialistas han corroborado en la práctica que muchas parejas logran, a través de mensajes de textos, correos electrónicos o chat, conversar sobre temas que no tocarían estando en persona.
Mientras tanto, otros sostienen que el uso de tecnologías promueve relaciones humanas menos personalizadas, en las que se pierde información extremadamente importante por falta de contacto directo entre los interesados. Obviamente para ellos, los gestos, las actitudes, los tonos y el contexto en el que “se dice lo que se dice” juega un papel fundamental en las interpretaciones. «En un mensaje de texto un chiste se puede entender como un reproche sin el contexto no verbal de la comunicación”.
La pregunta es: ¿Cuándo la tecnología deja de ser una ayuda y se transforma en un problema? A criterio de los expertos, los inconvenientes en la relación de pareja comienzan a evidenciarse cuando los medios tecnológicos comienzan a utilizarse en presencia de la pareja. En ese caso, el móvil, la portátil o table comienzan a ser factores de distracción y de aislamiento que en nada contribuyen con el fortalecimiento de las relaciones de pareja. Mientras uno de los miembros de la pareja, o ambos, mantengan su atención en las pantallas de sus equipos será imposible profundizar en las conversaciones y, por ende, en los sentimientos que desean ser compartidos.
Al respecto, añaden que la tecnología se ha convertido con el tiempo en una forma de regulación externa de la ansiedad y esto parece no está mal. El problema es cuando no se regula el uso de las herramientas, ya que puede transformarse en una fuente de ansiedad en sí mismas.
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